Cree en el Hijo de Dios, el solo y único, nuestro Señor Jesucristo, el engendrado Dios de Dios, el engendrado vida de vida, el engendrado luz de luz, el semejante en todo al que lo ha engendrado. El que no adquirió el ser en el tiempo, sino que antes de todos los siglos, eternamente y sin falla ha sido engendrado del Padre, sabiduría de Dios, poder y justicia. Él se sienta a la derecha del Padre, antes de todos los siglos.
No es después de su Pasión, como a veces se ha creído, que fue coronado por Dios a causa de su paciencia y recibió el trono a la derecha del Padre. Posee la dignidad real desde que existe -engendrado de toda eternidad- y está sentado con su Padre, ya que es sabiduría y fuerza, ejerciendo la realeza con su Padre y autor de todas las cosas por el Padre.
Nada falta a su dignidad para que sea divina, conoce al que lo engendró cómo es conocido por el que lo engendró. Acuérdate de lo que está escrito en el Evangelio: “Nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar” (Mt 11,27).
San Cirilo de Jerusalén (313-350)
obispo de Jerusalén, doctor de la Iglesia
Catequesis bautismal n°4,7 (Les catéchèses, coll. Les Pères dans la foi n° 53-54, Migne, 1993), trad.sc©evangelizo.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma