María, que de los mortales escuchas las oraciones, te pedimos tu
protección maternal.
Si la horrenda cadena de pecados nos aprieta, ven y libera los corazones oprimidos por las culpas.
Si el mundo nos adula con su falso esplendor, ilumina tú nuestras mentes para reencontrar el camino.
Y cuando en la vida nos encontrara el dolor, camina tú con nosotros para que lleguemos al cielo.
Estate cerca de tus hijos a la hora de la muerte: tu maternal curación sea prueba de salvación.
A Ti, Jesús, sea gloria, nacido de Virgen María, con el Padre y con el Espíritu en los siglos eternos.
Amén.
Si la horrenda cadena de pecados nos aprieta, ven y libera los corazones oprimidos por las culpas.
Si el mundo nos adula con su falso esplendor, ilumina tú nuestras mentes para reencontrar el camino.
Y cuando en la vida nos encontrara el dolor, camina tú con nosotros para que lleguemos al cielo.
Estate cerca de tus hijos a la hora de la muerte: tu maternal curación sea prueba de salvación.
A Ti, Jesús, sea gloria, nacido de Virgen María, con el Padre y con el Espíritu en los siglos eternos.
Amén.
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