Comparamos a veces a
la Santa Virgen con una madre. Pero ella es mucho mejor que la mejor de las
madres. Es tan buena que nos trata siempre con amor.
El Corazón de esta
buena madre es únicamente amor y misericordia, sólo desea vernos felices. Es
suficiente volvernos hacia ella y somos escuchados…
Aunque somos
pecadores, la Virgen está llena de ternura y compasión por nosotros. El niño
que ha costado más lágrimas a su madre, ¿no es el más querido de su corazón?
¿Una madre no corre siempre hacia el más débil o vulnerable de sus hijos?
Todos los santos
tuvieron una gran devoción a la Santa Virgen, ninguna gracia viene del cielo
sin pasar por sus manos. No entramos en una casa sin hablar con el portero: ¡la
Santa Virgen es la portera del cielo!
El tiempo que el
mundo dure, ella es tironeada de todos lados. Es como una madre que tiene
muchos hijos. Está continuamente ocupada yendo de uno a otro.
presbítero, párroco de Ars
Pensamientos del santo Cura de Ars (Pensées choisies du saint Curé d'Ars, J. Frossard, Tequi, 2007)
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