18 – 05 – 2004
M. Acá está tu Madre
querida. ¿Qué necesitas? ¡Cuánto Amor derramo sobre tu corazón cada día para
que vengas a Mí!
F. ¿Y qué querés?
M. Que confíes en Mí, te estoy haciendo de nuevo. ¿De qué te preocupas?
F. Me tenés abandonada y sabes a lo que me refiero.
M. Olvídate de todo lo pasado, viene algo nuevo.
F. ¡Como si algo dependiera de mí!
M. Deja que Yo te lleve, déjate llevar por Mí.
Por “X” no te preocupes.
Debes estar preparada para el gran cambio, entrégate a la oración.
El Papa vendrá a visitarte, Yo lo traeré y recompensaré tu esfuerzo y fidelidad con su bendición.
No te preocupes por nada, ya viene tu recompensa.
F. ¿Y qué querés?
M. Que confíes en Mí, te estoy haciendo de nuevo. ¿De qué te preocupas?
F. Me tenés abandonada y sabes a lo que me refiero.
M. Olvídate de todo lo pasado, viene algo nuevo.
F. ¡Como si algo dependiera de mí!
M. Deja que Yo te lleve, déjate llevar por Mí.
Por “X” no te preocupes.
Debes estar preparada para el gran cambio, entrégate a la oración.
El Papa vendrá a visitarte, Yo lo traeré y recompensaré tu esfuerzo y fidelidad con su bendición.
No te preocupes por nada, ya viene tu recompensa.
M. He puesto las
naciones en tus manos para que las desarmes con tu pequeñez. El demonio ronda
constantemente para desacreditar Mi Obra pero he dispuesto una legión de
Ángeles para que protejan tu camino y lleves a cabo lo que te pedí.
Para contrarrestar
el mal del mundo debe venir una oleada de pequeñez.
Mientras rezo el
Rosario:
M. Todas las almas elegidas son almas traspasadas.
Vas a recibir mucho de Mí, hija, para que la Obra siga a mi manera.
M. Todas las almas elegidas son almas traspasadas.
Vas a recibir mucho de Mí, hija, para que la Obra siga a mi manera.