Dijo Nuestro Señor
Jesucristo a Sor Natalia Magdolna:
–Mira, hija mía, si tienes un gran pesar, y no puedes orar, si
estás confundida acerca de algo, si estás lastimada, si te sientes apagada y no
tienes fuerzas para nada, dime solamente con confianza y amor: “¡Jesús,
Jesús!”. Entonces, oyendo mi Nombre, los ángeles, los santos y mi Madre
Inmaculada, se postran ante Mí y me adoran y el infierno se cierra, ya que el
infierno está también bajo el poder de Dios y debe inclinarse ante mi Nombre.
En efecto está escrito en la Biblia que el cielo y la tierra deberán inclinarse
ante mi Nombre. ¿No crees que el pronunciar mi Nombre es una oración poderosa?
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Santísima Virgen.
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