"Que el Dios Altísimo te bendiga, hija mía,más que a todas las mujeres de la tierra; y bendito sea el Señor Dios, creador del cielo y de la tierra, que enderezó tu golpe contra la cabeza del general enemigo. Los que recuerden
esta hazaña de Dios jamás perderán la confianza que tú inspiras". Judit
13:18-19.
María es bendita entre todas las mujeres. Dios la eligió y la
predestinó. Dios trazó un plan de salvación: que su Hijo Unigénito se encarnara
en el seno puro de esta Virgen para redimir al orbe entero. De este modo se
cumple la profecía del Génesis: Dios mismo endereza el golpe mortal contra
nuestro común enemigo: con la Inmaculada, Llena de Gracia, sin pecado original
ni personal.
Este es el golpe mortal al demonio: una criatura se ha escapado de
sus garras. Ha nacido una criatura que no tiene la baba inmunda que Satanás
deja en cada hombre. Ella burla al enemigo infernal y abraza a todos sus hijos
para que también podamos burlar a este león rugiente, que anda buscando a quien
devorar.
Quién no se afianzará confiadamente en la Virgen Santísima,
Santuario vivo de la Santísima Trinidad y Flor hermosa y pura del paraíso?
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