En nuestra sociedad, amamos a los que
nos aman; hacemos el bien a quienes nos lo hacen y préstamos a quienes sabemos nos
lo van a devolver.
Una conducta muy razonada, que no
compromete en nada.
Pero obrando así, ¿qué es lo que nos
distingue de los que no tienen fe?
Al cristiano se le pide un
"plus" en su vida: amar al prójimo, hacer el bien y prestar sin
esperar recompensa, pues eso es lo que hace Dios con nosotros, que nos ama
primero para que nosotros le amemos.
Tenemos que adelantarnos a hacer el bien, para despertar en el corazón de los otros, sentimientos de perdón, de entrega, de generosidad, paz y gozo; así nos vamos pareciendo al Padre del cielo y vamos formando, en la tierra, la familia de los hijos.
Señor, Dios Todopoderoso, rico en misericordia y perdón, mira nuestra torpeza para amar, nuestra poca generosidad en la entrega y nuestra dificultad a la hora de perdonar.
Tenemos que adelantarnos a hacer el bien, para despertar en el corazón de los otros, sentimientos de perdón, de entrega, de generosidad, paz y gozo; así nos vamos pareciendo al Padre del cielo y vamos formando, en la tierra, la familia de los hijos.
Señor, Dios Todopoderoso, rico en misericordia y perdón, mira nuestra torpeza para amar, nuestra poca generosidad en la entrega y nuestra dificultad a la hora de perdonar.
Te pedimos nos concedas un corazón
misericordioso que se compadezca de las necesidades de nuestros hermanos.
María Cruz
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