UNA REFLEXIÓN PARA CADA DÍA DE LA SEMANA SANTA 2016
Jesús vuelve a Jerusalén. Pasan por el lugar de la higuera maldecida. Al
ver el templo, profetiza que será destruido. Los discípulos están tristes
porque Jesús les anuncia que dentro de dos días le matarán. Los cristianos,
como Él, hemos aprendido a cumplir siempre la voluntad de Dios Padre, por
encima de todo. Por ejemplo, Juana de Arco, cuando estaba al frente de sus
soldados franceses, en una gran batalla contra Inglaterra, Dios le anuncia que
ese día será herida. Entonces una amiga suya le dice que no vaya a pelear. Y
Juana le contesta en tono irónico: "sal tú y di a mis generales que Juana
de Arco no luchará porque tiene miedo a ser herida". Y salió valerosamente
al frente de sus soldados, y fue gravemente herida.
No tengamos miedo de aceptar la voluntad de Dios. ¡Señor, sí, Tú siempre
quieres lo mejor para mí! Quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero
mientras quieras.
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