Mensaje espiritual
Jesús está en los Sagrarios de las iglesias, esperándonos a que lo vayamos
a visitar, pues se ha quedado allí para compartir con nosotros y darnos alivio
en nuestro caminar terreno.
A veces estamos contentos cuando tenemos un amigo que tiene
influencias o es poderoso, y estamos orgullosos de ello. Pero, ¿caemos en la
cuenta de que Jesús Todopoderoso es nuestro Gran Amigo y que está esperándonos
día y noche en el Sagrario para colmarnos de gracias y dones? Ser amigos de
Dios es lo mejor que nos puede pasar, porque somos amigos del que todo lo puede
y del Amor mismo.
Entonces hagamos un lugarcito en el día para hacer una visita al
Señor, oculto en el Sacramento, y así consolaremos su Corazón Divino tan
ofendido por los hombres ingratos. Pero como Jesús no se deja ganar en
generosidad, cuando nosotros vayamos a consolarlo a Él, saldremos mucho más
consolados nosotros, pues ya Jesús dice en el Evangelio: “Vengan a Mí todos los
que están afligidos y agobiados y Yo los aliviaré.” Cuando le damos algo al
Señor, Él nos devuelve el ciento por uno.
Algunas veces pensamos qué hermoso hubiera sido poder vivir en
tiempos de Jesús y verlo y tratar con Él. Pero no caemos en la cuenta de que Él
se ha quedado misteriosa pero realmente presente en el Santísimo Sacramento del
Altar, y que está con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, disponible en todo
momento para atendernos, escucharnos y consolarnos. Por eso vayamos al Sagrario
a hablar con Jesús, y si no nos sale ninguna palabra, quedémonos así en
silencio y apoyemos nuestra cabeza contra su pecho y estémonos así un buen
rato. De esta forma tomaremos muchas fuerzas para seguir en el combate de todos
los días y estaremos preparados para afrontar las pruebas y el sufrimiento,
cosas estas que nunca faltan en la vida humana.
Tengamos Fe, vayamos al Sagrario, hablemos con Jesús, amemos al
Señor y viviremos felices en medio de los acontecimientos de esta vida.
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