Señor mío y Dios mío,
aquí estoy una vez más delante de Ti,
con el corazón abierto.
Tú conoces mis luchas, mis silencios, mis temores y mis anhelos.
Nada se esconde a Tu mirada, y aun así me amas con amor eterno.
Hoy quiero darte gracias, Señor.
Gracias por lo que haces y por lo que permitirás,
por cada enseñanza,
y por cada gesto de amor con el que sostienes mi vida.
Gracias por no soltarme nunca, incluso cuando yo me canso.
Te entrego todo lo que soy y todo lo que tengo.
Derrama Tu gracia sobre mi mente para que haya claridad,
sobre mi corazón para que haya paz,
y sobre mi espíritu para que haya fortaleza.
Tú sabes lo que necesito,
y en tus manos dejo lo que me pesa y me hiere.
Envía Tu Espíritu Santo:
que me ilumine, que me transforme,
que me defienda y me guíe.
Que cada paso que dé hoy y siempre
esté bajo Tu protección y Tu bendición.
Madre bendita, María Santísima,
cúbreme bajo tu manto,
intercede por mí
y llévame siempre hacia Jesús.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma