Tú que has hecho la tierra y todo lo que en ella habita,
Tú que la asentaste sobre los ríos y la llenaste de tu presencia,
Haznos parte de esa multitud santa que te busca con corazón sincero.
Danos manos puras para servirte sin doblez,
ojos limpios para reconocerte en el rostro de nuestros hermanos,
y un corazón recto para subir contigo al monte de tu gloria.
Que los santos, tus amigos y testigos,
nos enseñen a caminar en humildad y esperanza,
a vivir la bienaventuranza de los que aman, perdonan y confían en Ti.
Y que la Santísima Virgen María, Reina de todos los Santos,
nos acompañe en este peregrinar con su ternura maternal,
para que, bajo su amparo, aprendamos a decir siempre “sí” a tu voluntad.
Concédenos, Señor, perseverar en la fe
hasta alcanzar la bendición prometida,
para que un día podamos unirnos a tu pueblo santo,
junto a María y todos los santos,
y cantar eternamente la alabanza de tu Nombre.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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