Señor mío y Dios mío,
ayúdanos a alejarnos del consejo de los malvados, a no detenernos en el camino de los pecadores, y a no sentarnos en la compañía de los burladores.
Que nuestros corazones encuentren alegría y firmeza en tu ley, y que meditemos en ella día y noche.
Que nuestras vidas sean como árboles plantados junto a corrientes de agua, que dan fruto a su tiempo, y cuyas hojas nunca se marchitan, porque estamos en Ti, Señor, nuestro refugio y guía.
Haz que todo lo que hagamos prospere, y que nuestros pasos sean siempre para tu gloria, confiando plenamente en tu misericordia y fidelidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma