Te adoro y bendigo, Señor mío
Jesucristo, porque me has redimido
con tu Pasión y tu Muerte.
Adoro el Sudario en que fue impreso
tu preciosísimo Rostro ensangrentado
y escupido.
Imprime, Señor, tu Sudario como un
sello en mi corazón y se constantemente
y en tu presencia el objeto de mis
meditaciones y brotes de ella el fuego
de tu amor.
Mézclese la sangre de mi corazón con la
Sangre de tu Rostro y únase mi amor a tu
Amor para que te ame con todo mi corazón,
todo mi espíritu, toda mi vida y toda mis
fuerzas. Amén.
Récese un Credo.
(300 días de indulgencias)
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