Jesús mío, todos los días me despierto sediento de tu amor y de tu
misericordia. Sabes que necesito de tu Presencia viva en mis cotidianidades y
que intervengas en todos los asuntos en los que estoy involucrado.
Necesito de tu sanación y de tu perdón. Sé que no me abandonas,
aunque vuelva a cometer los errores una y otra vez, allí estás Tú, para
consolarme y darme ánimos para seguir adelante.
Quiero creer ciegamente en tu Palabra y ser obediente a ella,
porque con Ella Tú venciste al mundo. Te suplico que vengas a mi vida y abras
caminos de esperanza y de bendiciones para mí y los míos.
Necesito de la guía de tu Espíritu Santo para poder corresponder
con amor a todas tus obras. Necesito de tu fuerza y de tu amor para tener paz
en medio de las tribulaciones.
Que tus consuelos me cubran y llenen de paz de mi corazón. Abre mi
entendimiento con tu Espíritu para dejarme llenar con tu amor y ser sostenido
por tu fuerza y poder decir siempre: "no temeré ningún mal".
Sólo contigo puede tener el valor necesario para enfrentar esas
situaciones difíciles. Sin Ti, sé que me desplomaría en un instante. Ayúdame a
descubrirte sereno pero poderoso, callado pero sabio.
Desde este momento quiero ver las cosas buenas que trae la vida y
ser agradecido de ellas, aún en medio de las cosas difíciles que atraviese.
Eres mi pedestal, mi roca fuerte. Te amo, confío en que en este
momento estás derramando bendiciones sobre mí y sobre todos los que amo. Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma