Señora y Madre mía,
Virgen Santa María, la que desata los nudos; a tus pies me encuentro para
consagrarme a ti. Con filial afecto te ofrezco en este día cuanto soy y cuanto
tengo: mis ojos, para mirarte; mis oídos, para escucharte; mi voz, para cantar
tus alabanzas; mi vida, para servirte; mi corazón, para amarte. Acepta, Madre
mía el ofrecimiento que te hago y colócame junto a tu corazón inmaculado. Ya
que soy todo tuyo, Madre de misericordia, la que desata los nudos que
aprisionan nuestro pobre corazón, guárdame y protegedme como posesión tuya. No
permitas que me deje seducir por el maligno, ni que mi corazón quede enredado
en sus engaños. Enséñame a aceptar los límites de mi condición humana, sin
olvidar que puedo superarme con la ayuda de la gracia y que agradezca siempre a
Dios por mi existencia. Ilumíname para que no deseche al Creador por las
criaturas, ni me aparte del camino que él pensó para mí.
Amen
https://www.aciprensa.com/recursos/novena-de-la-virgen-desatanudos-4899
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