San Bernardo de Claraval, el místico francés que ayudó a renovar la
Orden de los Cistercienses en el siglo XII, de acuerdo con los anales de
Claraval, tuvo una conversación con nuestro Señor. El oró, preguntándole a
Jesús cuál fue su mayor sufrimiento que no se recuerda; y el Señor le
respondió:
“Tenía en mi hombro, mientras soporté Mi Cruz en el Camino de los
Dolores, una herida grave que era más dolorosa que las demás, y que no es
recordada por los hombres. Honra esta herida con tu devoción, y te daré todo lo
que me pidas a través de su virtud y el mérito. Y en lo que se refiere a todos
aquellos que veneren esta llaga, les perdonaré todos sus pecados veniales y no
recordaré sus pecados mortales “.
San Pío de Pietrelcina, capuchino, sacerdote y místico, murió en
1968. El Padre Pío era conocido como confesor y hombre santo que, durante más
de 50 años, soportó las Llagas de Cristo (los estigmas) en las manos y los
pies.
En un libro publicado en lengua italiana por el convento de San
Pio, titulado “Il Papa e Il Frate”, de Stefano Campanella, se publicó que el
futuro San Pio, una vez, había tenido una conversación muy interesante con
Karol Wojtyla, el futuro papa san Juan Pablo II .
Según Campanella, el padre Wojtyla le preguntó al Padre Pío cuál de
sus heridas era la que le causaba el mayor de los dolores. El padre Wojtyla
espera que el Padre Pio dijera que era su herida en el pecho, pero en cambio el
Padre Pío contestó:
“Es mi llaga en el hombro, que nadie conoce y nunca se ha curado o
tratado”.
ORACIÓN
Oh amado Jesús, manso Cordero de Dios, a pesar de ser yo una
criatura miserable y pecadora, te adoro y venero la llaga causada por el peso
de vuestra cruz que abriendo vuestras carnes desnudo los huesos de vuestro
hombro sagrado y de la cual vuestra Madre Dolorosa tanto se compadeció. También
yo, oh carísimo Jesús, me compadezco de Vos y desde el fondo de mi corazón te
glorifico y te agradezco por esta llaga dolorosa de vuestro hombro en la que
quisiste cargar vuestra cruz por mi salvación. Ah! por los sufrimientos que
padeciste y que aumentaron el enorme peso de vuestra cruz, ruegote con mucha
humildad, ten piedad de mi pobre criatura pecadora, perdonad mis pecados y
conducidme al cielo por el camino de la cruz.
SE REZAN SIETE AVE MARIA Y SE AGREGA:
Madre santísima imprime en mi corazón las llagas de Jesús Cristo
crucificado... (Indulgencia de 300 días)
Oh dulcísimo Jesús, no seas mi juez si mi salvador... (Indulgencia
de 100 días)
Del facebook Carlos Alberto Santosfeno
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