31 de Agosto
San Ramón Nonnato. Cardenal. S.XIII
De Lérida, tuvo especial devoción por la Santísima Virgen.
Marchó al norte de África para predicar donde tuvo que soportar cárcel y tortura. En su regreso a España le nombran cardenal reconociendo sus méritos y virtud de la caridad practicada.
《QUE SEPAS QUE AQUÍ HA PASADO ALGO 》
Un profesor americano preparó en una de sus clases un ejercicio para que lo ensayaran sus alumnos. Ellos debían ponerse en pie, dándose la espalda unos a otros y dejarse caer de espaldas confiados en que sus compañeros les cogería. La mayoría se sintió incómoda con la prueba y no fue capaz de dejarse caer más que unos centímetros antes de incorporarse de nuevo. Por último una estudiante cruza los brazos sobre el pecho, cierra los ojos,se deja caer hacia atrás y no titubea. Todos tenían durante un momento la seguridad de que se iba a caer al suelo. En el último instante, el compañero que se le había asignado la agarra por la cabeza y por los hombros y la levanta.
- ¡Bien! - gritan algunos estudiantes. Otros aplauden.
- Ya lo ves - le dijo el profesor a la chica- : has cerrado los ojos. En eso estribó la diferencia. A veces no eres capaz de creerte lo que ves, tienes que creer lo que sientes.Y si quieres que los demás lleguen a confiar en tí, también tú debes sentir que puedes confiar en ellos, aunque estés a oscuras. Aunque te estés cayendo.
La fe nos aporta verdades, conocer hechos que han sucedido en la historia y que nos afectan aunque no hayamos podido ser testigos de ellos; lo fundamental que aporta la fe no consiste en gustos ni sensaciones. El que cree de verdad tiene vida eterna porque usará de los medios sobrenaturales, porque pedirá ayuda a Dios. El Señor no vino a condenar, ni tampoco vino a constatar qué mal andaba el mundo, sino que vino a salvar, a curar. Creer es mejorar, cambiar, limpiar, salvar. Aquellos que miraron a Jesús con convencimiento recibieron de Él la prueba del milagro.
El que no tiene fe está en el mismo sitio que aquel que sí la tiene, pero no está del mismo modo. El primero está a oscuras, en tinieblas, no ve nada: < Y el juicio está en que vino la Luz al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la Luz > (Juan 3, 19). El segundo gracias a la Luz ve más allá, ve todo, y por tanto tiene el último dato que da la respuesta definitiva. La fe otorga una sabiduría mayor, una sabiduría del bien para cada uno, por eso mismo la fe también da felicidad.
Así lo explica León Tolstoi en su famosa obra "Ana Karenina" :
< Este secreto no tiene importancia para nadie, más que para mí solo, y ninguna palabra sería capaz de explicarlo. Este nuevo sentimiento no me ha cambiado, no me ha llenado de asombro ni me ha hecho feliz como pensaba.
¿Debo darle el nombre de fe? No lo sé. Lo único que sé es que se ha deslizado en mi alma por el dolor y que ha arriesgado en ella firmemente.
Probablemente seguiré impacientándome con mi cochero, discutiendo inútilmente, expresando mis ideas sin venir a propósito. Yo sentiré siempre una barrera entre el santuario de mi alma y el alma de los demás. Siempre haré responsable a ésta de mis errores para arrepentirme al instante. Seguiré rezando. Mi vida interior ya no estará a merced de los acontecimientos. Cada minuto de mi vida tendrá un sentido indiscutible, y en mi poder estará imprimido a cada una de mis acciones : ¡el sentido del bien! >
Las crisis de fe no surgen de modo espontáneo sino por el mal obrar. < Pues todo el que obra el mal aborrece la Luz y no va a la Luz, para que no sean censuradas sus obras> ( Juan 3, 19 ). Como dice el adagio: < El que no vive como piensa acaba pensando como vive>. La falta de fe no es por la falta de Luz, sino por la inmensidad de los pecados que manchan el alma, oscurecer la mente y tapan la cara. No se saca la conciencia a la Luz porque remuerde, se obra a escondidas para que no me vean y puedan corregirme, se acude a la excusa, al caso extremo, a la voz mayoritaria. Pero la verdad nunca puede ser borrada del todo como el pecado. Siempre quedará el remordimiento interior, la inseguridad vital, la falta de felicidad, la aparición de una situación equivocada, el fracaso, la desgracia, la muerte. En el fondo el hombre sin fe tiene envidia del hombre con fe.
Durante los meses de buen tiempo el sol resplandece con toda su luminosidad, y muchos se broncean bajo sus rayos. Espero que esta luz solar nos recuerde que hay una Luz más potente que puede broncean nuestra alma, es la Luz de la fe, la Luz de Dios.
[ José Pedro Manglano Castellary ]
De Facebook de una amiga C.O.G.