Tu misión en la vida es la mejor de todas; porque haces las veces
de Cristo.
Ser otro Cristo en la tierra, realizar las mismas tareas que Él, vivir
una vida lo más parecida a la suya, salvar almas, glorificar a Dios.
La misión no la buscaste tú, te la dieron graciosamente por amor.
La misión no la buscaste tú, te la dieron graciosamente por amor.
Tómala con respeto y lánzate a vivirla en plenitud.
¡Envidiar otras tareas, otras misiones! Miope debes estar para
embrujarte con el trabajo del joyero y del empresario; la joya preciosa la
tienes tú, y la empresa mejor es la tuya; el afán de desear las peras del
huerto vecino, aunque las del tuyo sean mejores, es una tentación muy humana.
Aprende a valorar y amar lo que verdaderamente importa; deja encandilarse a los otros por las cosas que pasan y nada dejan, aférrate a lo eterno, a lo que llevarás contigo, cuando cruces la frontera.
Cristo vivió los 33 años de vida humana más ricos y maravillosos que jamás se hayan vivido, y los llenó de amor, de obediencia, de las grandes virtudes; los vació de todo lo que constituye gran ganancia para los hombres. Hay muchas vidas que se parecen a la suya: son las vidas de los mejores.
Padre Mariano de Blas
Magda, resulta difícil entrar en tu blog. No sé por qué causa, pero cuando entro todo va muy lento y cuesta ponerte un comentario, es como si la página pesara mucho y al ordenador le costará especialmente cargarla.
ResponderEliminarBueno, querida, sólo quería que lo supieras.
Decirte que sí, que la misión que el Señor nos da a cada uno es la mejor que jamás podíamos recibir. El nos hizo y Él sabe lo que podemos ofrecerle, con su gracia. Es maravilloso que cada uno de nosotros pueda hacer un trabajo específico, que nadie más podrá hacer. Nuestro buen Padre celestial lo tiene todo pensado para nuestro bien y nuestra alegría. Un abrazo, hermana.
Agradezco Felicitas que me lo digas amiga... gracias!... voy a revizar...otro abrazo fuerte para tí
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