Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
gadgets para blogger

ACI prensa

La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven. http://la-oracion.com

lunes, 29 de febrero de 2016

Puerta, camino, horizonte



Perdona, pero, ¿no te sentís un poco encerrado, no te asfixia ese egoísmo de estar sólo en tus cosas?
Son proyectos mezquinos, porque en ellos no hay lugar para tu hermano.

No eras así, tenías sueños generosos y magnánimos en tu corazón.
¿Por qué cerraste la puerta a la intemperie donde vive tu hermano?
¿Acaso se rompieron las alas gigantes de tu sueño?
Dejaste que el amor se apagara.
Por eso estás insatisfecho y aburrido, cansado de vos mismo, mientras insistís en la búsqueda absurda de la felicidad, en cosas que pasan sin darte aquello tan bello que buscamos.

Pero seguís teniendo una oportunidad.
Abrí el corazón, porque gracias a Dios, tenemos a Jesucristo.
Él está involucrado en su carne y en su sangre, en el trabajo de abrir la puerta y el camino que cerramos.
Él enciende el amor sin el que agonizamos sin sentido.

¿Por qué esperar?

¿Por qué insistir en el naufragio?

Salgamos del egoísmo frustrante, dañino para el hermano y para nosotros mismos, y aceptemos la puerta:
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.
Aceptemos el camino:
“Ámense entre ustedes así como yo los he amado”.
Marchemos hacia el horizonte:
“En la casa de mi padre hay muchas habitaciones,
Yo voy a prepararles un lugar”.

P. Guillermo Ortiz SJ.



 
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...