El Espíritu Santo nos ha hecho criaturas nuevas. Hemos vuelto a
nacer gracias al Bautismo. Somos hijos de Dios, hijos de la Iglesia e hijos de
María Santísima.
María es nuestra Madre y a los pies de la cruz tuvo el doloroso parto: dar a luz a toda la humanidad. Con dolor y sufrimiento, con lágrimas y penas, nacieron todos sus hijos. El Espíritu Santo nos ha regenerado y en María hemos sido formados, tallados, alumbrados.
Madre del cielo, Madre de Cristo Eucaristía y Madre nuestra, tú eres tierna y amable. Te encomendamos a todos tus hijos. No permitas que nadie más se condene. Abraza a todos y ruega a tu Divino Hijo por la gracia de la conversión. Te lo pedimos por la Pasión y Muerte de Jesús. Que todos vivan, Madre, y gocen de la Visión Beatífica. Que te llamen Bendita todas las generaciones. Totus Tuus.
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