Oh Madre amabilísima, sosténme con tu amor indefectible, a fin de que a mí, pecador indigno, me sea concedido un día cambiar tu Escapulario por el Eterno vestido nupcial y habitar contigo y con los santos del Carmelo en el Reino de tu Hijo. Así sea. Papa Pío XII
"He aquí la esclava del Señor"
María, Madre nuestra, ruega por la Paz del Mundo
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