A qué esperas, mortal, a someterte a Cristo para emerger como hombre libre e inocente?
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Mortal, por qué esperas a la muerte para invocarme?
Hazlo todos los días sin temor, he irás preparando el día de tu muerte como un tránsito de vida eterna.
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El alma desconfiada, es un alma traicionera.
Humíllate y encontrarás la Humildad.
No tengas miedo a dar tu corazón a Cristo. Te pagará con creces.
Fuente: Antonio De Padua
https://x.com/reina_padua
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Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma