La Gracia de Dios es eterna.
Sus favores son configurantes.
Lo que toca santifica y lo hace eterno.
María es llena de Gracia desde la concepción.
María vive eternamente junto a la fuente de la Gracia.
Nada se le quitó, sigue siendo la misma: Madre de Dios y de la Humanidad.
Fuente: https://x.com/reina_padua
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial princesa,
Virgen sagrada, María,
te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, Madre mía!
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