Teresa la gran reformadora del Carmelo y la Iglesia, la gran mística y la humilde monja carmelita, andariega de Dios. Un día del año 1560 orando recibió una visión de un ángel, en forma corpórea, ubicado a su izquierda, inflamado de amor. El ángel le traspasó el corazón con un dardo de fuego.
Este es el fenómeno de la "transverberación", Teresa lo relata así: "Veía un ángel cabe mí, hacia el lado izquierdo, en forma corporal [...]. Veía en sus manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Éste me parecía meter por el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas. Al sacarle, me parecía las llevaba consigo y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios [...]. Es un requiebro tan suave que pasa entre el alma y Dios, que suplico yo a su bondad lo dé a gustar a quien pensare que miento"
Oh Santa Teresa, que experimentaste en tu corazón el fuego de amor por Dios, intercede por nosotros para que imitando tu vida de oración y abandono a la Voluntad de Dios; podamos experimentar en esta vida el fuego abrazador de su divino amor.
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