El pecado es el peor de los males. Peor que la misma muerte, que sólo es un mal si nos sorprende en pecado. La muerte en paz con Dios es el paso a una eternidad feliz.
Todos los demás males se acaban con esta vida. Sólo el pecado
atormenta en la otra.
Muchas personas endurecidas para lo espiritual, viven tranquilamente en el pecado, pero su sorpresa en la otra vida será terrible.
Entonces se darán cuenta de que se equivocaron en lo principal de
su vida: salvarse eternamente.
Hay en el hombre un afán, a veces desmedido, de poseer, de gozar, de ser independiente. Se dan en él: ambición de dinero, hipocresía, injusticias, egoísmo, soberbia, cobardía, mentira. Estos vicios
repercuten en la sociedad. Producen malestar, indignación, rebeldía.
Jesús proclamó la verdad, no pactó nunca con el pecado y la
injusticia. Esta actitud de rechazo y denuncia le llevó a la muerte.
Jesús, al condenar el pecado, quería hacer una llamada a la
dignidad del hombre: el hombre, por el pecado, además de rechazar a Dios se hace esclavo de las cosas que valen menos que él.
Para salvarte, P. Jorge Loring
Hoy en día la palabra "pecado" suena ridícula para muchos oídos, Satanás se ha encargado de que sea así para hacer caer a la mayoría, sin embargo el pecado no es algo antiguo o pasado de moda, es una realidad de la que vamos a dar cuenta.
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