Venimos, Señor de los Milagros a meditar en vuestra Pasión dolorosísima y a presentaros humildemente nuestras plegarias con la más segura confianza de que seremos escuchados. Sí, Señor y Dios nuestro, Amadísimo Cristo Crucificado: por esa corona de espinas que taladran vuestras sienes y atormentan vuestra santísima cabeza; por esos clavos que traspasan vuestros Pies y vuestras Manos adorables; por esos tantísimos azotes que hicieron de vuestro Cuerpo Sacrosanto una sola llaga; por esa hiel y vinagre que amargaron vuestra lengua; por esos insultos y blasfemias que hirieron cruelmente vuestros purísimos oídos y lastimaron vuestra delicadísima alma; por esa lanza que rompió vuestro costado y abrió vuestro divino corazón; por esas tres horas de espantosa agonía; por vuestras últimas palabras y vuestro último suspiro, perdonad nuestros pecados y escuchad las plegarias que venimos a presentaros a vuestros pies ensangrentados. Amén
Peticiones y Padre nuestro...
Os lo pedimos por los méritos de vuestra Madre Dolorosa, cuya intercesión no podéis desatender por es Madre nuestra y auxiliadora de los hombres.¡Oh Madre de los Dolores!, abogada nuestra dilectísima, presentad a vuestro Hijo Crucificado nuestro dolor y contrición, nuestra compasión y nuestras lágrimas y las súplicas que le hacemos , para Gloria suya y bien nuestro.
Amén
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