Si amar fuera fácil...
No habría tanta gente amando mal, ni tanta gente mal amada.
Si amar fuera fácil...
no habría tanta hambre, ni tantas guerras, ni tanta gente sin
patria, ni gente sin apellido.
Si amar fuera fácil...
no habría niños en las calles sin tener a nadie, no habría
abandonos, ni orfanatos, porque las familias adoptarían más.
Si amar fuera fácil...
No habría hijos mal concebidos, ni esposas mal amadas o
maltratadas, y las mujeres embarazadas no abortarían.
Si amar fuera fácil...
No habría adolescentes que se prostituyen, y nunca nadie negaría lo que juró en el altar,
ni habría divorcios jamás...
Si amar fuera fácil...
no habría ladrones, no habría asesinos, ni violadores, ni
estafadores, ni precios exorbitantes, ni los que ganan demasiado, ni
los que ganan de menos.
Si amar fuera fácil...
No habría soldados, pues nadie agrediría.
Mas el amor es un sentimiento que depende de un “yo quiero”, seguido de un “yo
espero”.
Y la voluntad es rebelde, y
el hombre, un egoísta que maximiza su
“yo”, por eso, el amor es difícil.
Jesucristo fue muy claro y terminante cuando nos dio el mandamiento
del amor. Y, cuando en la cruz murió amando dio la suprema lección de amor...
No se ama por ser fácil,
¡Se ama porque es preciso!
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