“Establezco enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y su
linaje, él te aplastará la cabeza y tú le acecharás el calcañar”. Génesis 3:15.
La cabeza ya ha sido pisada por el Linaje de la Mujer, Cristo, que
con su muerte en la cruz ha aniquilado al que tenía el poder de la muerte. Y
también por la Mujer, la Madre del Salvador del mundo, María. Ella, como
Corredentora, colabora con Cristo en la redención del mundo, pues su Inmaculado
Corazón ha sido traspasado, según profetizó Simeón.
En el Calvario se contempla la profecía del Génesis: allí quedó la
cabeza de la serpiente aplastada, aniquilada. Allí la humanidad nació de nuevo
en el vientre de María. Allí la Inmaculada se convirtió en nuestra Madre y
Reina.
Alejandro María
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