Que nos haga
apreciar que, Dios,
se manifiesta a los
que le buscan,
a los que, en medio
de la noche clara u oscura,
no se detienen y
averiguan y siguen rebuscando
al Dios escondido,
al Dios que silenciosamente
sale al encuentro
de todo hombre.
Venimos en busca de
una estrella.
Porque,
acostumbrados a vivir a media luz,
añoramos la LUZ
divina escondida en una gruta.
Luz del cielo, para
el hombre que camina en la tierra.
Venimos en busca de
una estrella.
Porque, su ruta,
será nuestro peregrinar hasta Jesús.
Su destello,
hablará con lenguaje divino.
Su presencia, nos
llevará al Dios desconocido.
Venimos en busca de
una estrella.
Que nos guíe,
frente a tanto desconcierto.
Que nos ilumine, en
medio de la noche.
Que nos haga
avanzar, cuando la fe se debilita.
Venimos en busca de
una estrella.
Porque, como
exploradores de Dios,
no queremos
perderlo en el horizonte de nuestra vida
porque, como
hombres y mujeres de fe,
queremos llegar
hasta el Señor, y ante Él postrarnos,
y ofrecerle el
incienso de nuestra admiración,
el oro de la riqueza
de nuestra fe,
junto a la mirra de
nuestros pecados y fragilidad.
Venimos en busca de
una estrella.
Que nos haga creer,
que Dios no se desentiende del mundo,
palpar, que Dios
espera al final de su destello,
vibrar, al
impresionarnos por todo un Dios humanado.
Venimos en busca de
una estrella.
Ayúdanos, Señor, a
no perder de vista el cielo,
aquella gran casa
donde, con luz divina,
viven y se nos
muestran infinidad de estrellas.
Amén.
P. Javier Leoz
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma