1. VIGILA y cuida los
dones que Dios te ha dado.
No es bueno dejar que muera o no sirva para
nada, lo mejor que existe en nosotros.
2. VIGILA tu vida
interior.
¿Por qué tanto empeño en la eficacia, en lo
que se ve y, tan poco, en el equilibrio de uno mismo?
3. VIGILA tu vida
exterior.
No te dejes llevar por las sensaciones.
Llena, todo lo que haces y eres, con contenido y
verdad
4. VIGILA aquello que
te produce vértigo o temor.
No dejes que, nada ni nadie, perturbe tu
derecho a estar y a vivir en paz.
5. VIGILA las tareas
que tienes encomendadas.
Dales un cierto sabor cristiano. ¿Que no te
atreves? ¿Que es difícil? Dios también lo tuvo
complicado para hacerse presente en medio de los
hombres
6. VIGILA tu reloj. No
vivas sin sentido.
Que no pasen las horas sin un pensamiento
para Dios por lo mucho que ama y se acerca hasta la
humanidad.
7. VIGILA tu fe.
No es lo mismo ser bueno que ser creyente.
No es suficiente ser bueno y dejar de lado a Dios. ¿Dónde
está la fuente y la cumbre del bien si no es en Dios?
8. VIGILA tu compromiso
con la Iglesia.
Si nos alejamos del calor, podemos tener un
resfriado. Si nos alejamos de la Iglesia, podemos
contaminarnos con una poderosa neumonía espiritual.
9. VIGILA tu caridad.
Sal al encuentro de algo o de alguien.
Prepara el camino al Señor en tu casa, con tu familia, con
tus amigos.
10. VIGILA tu
testimonio.
¡Habla de Dios! Comienza a pensar en dónde
y cómo instalar el belén, la estrella, un signo
cristiano.
P. Javier Leoz