Reflexión del Papa Francisco
La muerte es una experiencia que concierne a todas las familias, sin
ninguna excepción. Es parte de la vida; sin embargo, cuando toca a los afectos
familiares, la muerte no nos parece jamás natural.
Para los padres, sobrevivir a los propios hijos es algo particularmente
desgarrador, que contradice la naturaleza elemental de las relaciones que dan
sentido a la familia misma.
La pérdida de un hijo o de una hija es como si detuviera el tiempo: se
abre un abismo que traga el pasado y también el futuro. La muerte, que se
lleva el hijo pequeño o joven, es una bofetada a las promesas, a los dones y
sacrificios de amor alegremente entregados a la vida que hemos hecho
nacer.
Tantas veces vienen a misa en Santa Marta padres con la foto de un hijo,
una hija, niño, muchacho, muchacha y me dicen: "se fue". La mirada es
tan dolorida. La muerte toca y cuando es un hijo toca profundamente.
[...] En el pueblo de Dios, con la gracia de su compasión donada en
Jesús, tantas familias demuestran, con los hechos, que la muerte no tiene la
última palabra y esto es un verdadero acto de fe. Todas las veces que la
familia en el luto – incluso terrible – encuentra la fuerza para custodiar la
fe y el amor que nos unen a aquellos que amamos, impide a la muerte, ya ahora,
que se tome todo.
[...] Nuestros seres queridos no desaparecieron en la oscuridad de la
nada: la esperanza nos asegura que ellos están en las manos buenas y
fuertes de Dios. El amor es más fuerte que la muerte.
[...] Yo quisiera subrayar la última frase del Evangelio que hoy
hemos escuchado. Después que Jesús trae de nuevo a la vida a este joven, hijo
de la mamá que era viuda, dice el Evangelio: "Jesús lo restituyó a su
madre". ¡Y ésta es nuestra esperanza! ¡Todos nuestros seres queridos que
se han ido, todos el Señor los restituirá a nosotros y con ellos nos
encontraremos juntos y esta esperanza no decepciona! Recordemos bien este gesto
de Jesús; “Y Jesús lo restituyó a su madre”. ¡Así hará el Señor con todos
nuestros seres queridos de la familia!... (Catequesis,
audiencia general, 17 de junio de 2015)
Fuente: http://pildorasdefe.mailrelay-ii.com/newslink/592359/1195.html
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