La fe
recibida en el bautismo es una semilla, pero una semilla está hecha para
producir una planta y la planta para dar frutos.
Tu Fe puede
crecer, pero no: buscando indefinidamente nuevas razones para creer, ni
imaginando la bondad, el poder, el amor de Dios, ni tratando de sentir la
presencia del Señor, ni convenciéndote que crees más.
Tu Fe crecerá
si te comprometes a seguir a Cristo, no sólo en actos religiosos, sino en todo
momento, durante toda tu vida: "Si alguno quiere ser mi discípulo, que me siga". Sólo tiene
valor la fe que actúa por la caridad.
¿Tienes dificultades
de Fe? ¿Cuáles? ¿Obstáculos intelectuales? No te pelees con las ideas,
encuentra a Jesucristo, luego reflexionarás con más calma y eficacia sobre su
Luz.
¿Obstáculos
con la Iglesia? No tropieces con los estandartes, cirios, con la nueva liturgia,
con las condenaciones... corre hacia Jesucristo. El Señor que vive en el
Evangelio, en la Eucaristía, te hará comprender que Él es el mismo Señor que
vive en la Iglesia.
¿Obstáculos
morales? Implora a Jesucristo. Él te ayudará y te perdonará mediante el
Sacramento de la
Penitencia. Tranquilízate, si eres leal y generoso, tus crisis de
Fe son sólo crisis de crecimiento. Los obstáculos son ocasiones de elevación,
como el dique, que obliga al agua a elevarse para dar una nueva potencia. Pero
cuanto más avances en la Fe, tanto más encontrarás oscuridad, pues en la tierra
Dios será siempre un Dios oculto.
Desarróllate
armoniosamente y no te contentes en la edad adulta con una fe adolescente... o
aun de niño. Si vives con una fe adulta, ya no tendrás que tabicar tu
existencia: en un lado la vida cristiana, en el otro, la vida a secas. Sólo
habrá un gran esfuerzo pacífico de todo tu ser para adherirte por Cristo, con
Él y en Él, a través de la más breve de tus palabras, y el más insignificante
de tus gestos. Habrás triunfado cuando puedas decir con lealtad:
"Mi vida
es Cristo"·
P. Michel Quoist
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