Atráenos a Ti con los dulces atractivos de Tu amor, y haznos conocer las hermosas prendas de que estás adornado, para que Te amemos. ¡Oh, Majestad y Bondad infinitas! Amas en extremo a los hombres, y habiendo procurado tanto el ser amado de ellos, ¿cómo son tan pocos los que Te aman?...
No quiero en adelante ser, como he sido, del número infeliz de esos ingratos: resuelto estoy a amarte cuanto pueda y a no amarte sino a Ti. Y puesto que lo mereces y me lo mandas con tanta instancia, quiero complacerte. Haz, Dios de mi alma, que te agrade plenamente. Te lo suplico y lo espero por los méritos de Tu Pasión. Da a quien los desee los bienes de la tierra, que yo sólo deseo y busco el gran tesoro de Tu Amor. Te amo, Jesús mío; Te amo, Bondad infinita. Tú eres toda mi riqueza, toda mi alegría, todo mi amor.
No quiero en adelante ser, como he sido, del número infeliz de esos ingratos: resuelto estoy a amarte cuanto pueda y a no amarte sino a Ti. Y puesto que lo mereces y me lo mandas con tanta instancia, quiero complacerte. Haz, Dios de mi alma, que te agrade plenamente. Te lo suplico y lo espero por los méritos de Tu Pasión. Da a quien los desee los bienes de la tierra, que yo sólo deseo y busco el gran tesoro de Tu Amor. Te amo, Jesús mío; Te amo, Bondad infinita. Tú eres toda mi riqueza, toda mi alegría, todo mi amor.
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