Señor, Dios nuestro, siempre bondadoso:
Derrama sobre nosotros el Espíritu Santo
que bajó a Jesús cuando se bautizó en el río Jordán
y que guió a Jesús en su vida y en su muerte.
Que ese mismo Espíritu insufle en nosotros
libertad de todo miedo y rencor, el fuego de su amor
y fervor en la oración.
Que él traiga armonía a nuestras comunidades y familias
y nos guíe en nuestra misión de convertir a todos en hijas e hijos tuyos, para que todos te alaben y te den gracias por medio de Jesucristo nuestro Señor.
(Oraciones católicas de la Liturgia)
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