"Cada familia cristiana dedicada al trabajo puede reflejar fielmente el ejemplo y la imagen de la Sagrada Familia de Nazaret, en la cual la constante laboriosidad, incluso a través de la brevedad de la vida, fue cumplida con el más ardiente amor a Dios y con la generosa adaptación a sus amables designios.
¡Cuánta luz proyecta sobre esta verdad el ejemplo de Nazaret, donde el trabajo fue aceptado gustosamente como manifestación de la voluntad divina! ¡Y qué grandeza adquiere la figura silenciosa y oculta de San José por el espíritu con que cumplió la misión que le fue confiada por Dios. Pues la verdadera dignidad del hombre no se mide por el oropel de los resultados llamativos, sino por las disposiciones interiores de orden y de buena voluntad."
Juan XXIII, 1 de mayo de 1960.
Cuadro: Raúl Berzosa.
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