Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
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lunes, 14 de agosto de 2017

Mientras no estemos en el Infierno...



Vuelve a empezar


Mientras no estemos en el Infierno, es tiempo todavía de volver a empezar. Porque si caemos en el Infierno, entonces sí que ya no hay más posibilidades para nosotros. Pero mientras tanto, aunque la vida parezca un verdadero infierno a veces, la realidad es que no estamos todavía en él.

Pidamos a Dios que nos ayude a levantarnos, a salir a la luz, a quitar las tinieblas que nos envuelven, para que podamos seguir nuestro camino de la vida sobre la tierra, que es tiempo de prueba y de una prueba durísima, como bien lo dice el Apocalipsis: “Éstos son los que vienen de la Gran Tribulación”.
 ¡Y qué tribulación más grande que la propia vida! Quien no lo vive así es porque todavía no ha sufrido lo suficiente, el demonio no lo ha probado todavía, o lo que es peor: está tan en poder del demonio que le deja tranquilo, total tendrá tiempo de sobra para torturarlo en la eternidad, en el Infierno.

No queramos andar solos por la vida, porque Jesús, a pesar de que era Dios, no desdeñó la ayuda del Cireneo, y sin esa ayuda hubiera sucumbido. ¿Y nosotros queremos ser más que el Señor? ¿Nos creemos más fuertes que Él, que era Dios?

Estamos en un grave error si queremos arreglar todo nosotros solos, porque no sólo es que necesitamos la ayuda de Dios, que nos viene a través de la oración, los sacramentos y los sacramentales; sino que además necesitamos también la ayuda de otros hermanos, que Dios quiso poner a nuestro lado para que nos ayuden en el tiempo propicio, como Él fue ayudado también.


Si estamos en la oscuridad o en la desgracia, busquemos ayuda, porque todo el que pide recibe, el que busca encuentra, y al que llama se le abrirá. Recurramos a la medicina, a los profesionales, que son una ayuda de Dios y no enemigos suyos. Porque a veces queremos que Dios nos solucione todo, cuando Él ha dispuesto que la solución venga de las causas segundas, es decir, de los hombres de que Él se sirve para traernos la salud, el bienestar, la felicidad, la paz..


SantísimaVirgen

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