María es la Mujer vestida de sol cuya enemistad con la serpiente ha
sido decretada desde siempre. En el Génesis aparece esta misteriosa
"Mujer". En los Evangelios, en la Boda de Caná y a los pies de la
cruz, vuelve a aparecer (los judíos no llamaban a nadie "mujer". Al
hacerlo Cristo con su Madre, muchos debieron entender que Ella era la Mujer
anunciada en el Génesis y su descendencia el Mesías Redentor).
Finalmente, la misteriosa Mujer vuelve a aparecer en el
Apocalipsis. LaRevelación comienza con María y concluye con María. Ella es la
Madre de Dios, Inmaculada desde el primer instante de su Concepción.
Precisamente por eso, porque no tiene ni la más mínima mancha en su ser puede
pisar la cabeza de la serpiente, puede tener enemistad perpetua con el dragón
infernal.
Eva encadenó una amistad con el demonio cuando pecó y nos encadenó
a toda la humanidad. María desencadenó con su Inmaculada Concepción, su
humildad, su sencillez y obediencia a la humanidad del demonio y la encadenó al
Padre por medio de su Divino Hijo, encarnado en Ella.
Nosotros somos en Cristo (su cuerpo místico) la descendencia de la
Mujer. Sabemos lo que Dios ha decretado desde el inicio de los tiempos?
"Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él
te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar" (Génesis 3:15).
Nosotros venceremos definitivamente con María al demonio.
Son tiempos recios, pero de amplia gracia. Debemos tomar la mano de
la Santísima Virgen todos los días (rezo del Santo Rosario) y combatir. La
guerra es espiritual, no carnal. Aquellos que -como ocurrió en aquel sueño de
San Juan Bosco- permanezcan amarrados a la columna de la Eucaristía y de la
Inmaculada, indudablemente permanecerán a flote y vencerán.
del muro de Alejandro María
https://www.facebook.com/alejandro.maria.5
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