Sobre la vestimenta nueva recibida en la Fuente sagrada
revestí los viejos harapos del pecado,
rasgándola, ellos tomaron
un color triste y repulsivo.
Sácame la vestimenta de sílice
y revísteme de la que hace feliz,
la vestimenta interior de mi alma,
lávala con el agua de las lágrimas.
No renové la vieja odre,
-el alma- de la decadencia del pecado,
para que el vino nuevo del Mandamiento
sea conservado en mí sin derramarse.
Renuévame nuevamente,
tú que eres la Derecha poderosa del Padre fuerte,
para que tu vino, oh viña plantada por el Padre,
sea conservada incorruptible en mi.
San Nersès Snorhali (1102-1173)
patriarca armenio
Poema (SC 203 (Jésus Fils Unique du Père, Cerf, 1973), trad. sc©evangelizo.org
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