Jesús, ¡nos conoces muy bien!
Jesús, amigo del corazón solitario,
Eres mi refugio,
Eres mi paz,
Eres mi único socorro,
Eres la calma en mis combates y en el océano de mis dudas.
Eres el rayo luminoso que aclara la ruta de mi vida.
Eres todo para el alma solitaria.
Comprendes al alma, mismo cuando ella se calla.
Conoces nuestras debilidades, como un buen médico.
Consuelas y cuidas, alivias los sufrimientos,
Porque nos conoces bien. (…)
Jesús, tengo confianza en Ti, tengo confianza en el océano de Tu misericordia, Tú eres mi padre.
Santa Faustina Kowalska (1905-1938)
religiosa
Pequeño diario, 247 (Petit journal, la Miséricorde divine dans mon âme, Parole et Dialogue, 2002), trad. sc©evangelizo.org
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