El glorioso rey rodeado por la guardia de los ángeles, que está sentado en el mismo trono que el Padre, no desdeñará a sus propios servidores. Para que los elegidos no sean confundidos con los enemigos, “él enviará a sus ángeles para que, al sonido de la trompeta, congreguen a sus elegidos de los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte” (Mt 24,31). No despreció a Lot en su aislamiento, ¿Cómo desdeñará a la multitud de justos? “Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo” (Mt 25,34), dirá a los que serón transportados en los carros de nubes que los ángeles reunieron.
Pero, dirá un asistente: “Soy pobre, ¿además seré sorprendido sin fuerza en mi lecho? (cf. Lc 17,34). Otro dirá “Soy una pobre mujer y ¿seré tomada en la molienda, sin que tengan conmiseración de mí? Ten confianza hombre, el juez sin excepción “no juzgará según las apariencias ni decidirá por lo que oiga decir: juzgará con justicia a los débiles y decidirá con rectitud para los pobres de país” (Is 11,3-4). No pone a la gente instruida antes que a los simples. Mismo si estás en los campos, los ángeles te tomarán. No pienses que toma a los que poseen la tierra y deja a los que trabajan. Si eres esclavo, o pobre, no te inquietes para nada. El que ha tomado la forma de esclavo, no desdeña a los esclavos. Mismo si estás enfermo, en cama, no te inquietes, ya que “de dos personas que estén en cama, una será llevada y la otra dejada» (cf. Lc 17,34-35). (…)
Sólo ten confianza. Sólo obra y lucha con coraje, ya que nada perecerá.
San Cirilo de Jerusalén (313-350)
obispo de Jerusalén, doctor de la Iglesia
Catequesis bautismal 15 (Les catéchèses, coll. Les Pères dans la foi n° 53-54, Migne 1993), trad. sc©evangelizo.org
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