Mateo 25:31-46
Fiesta de Cristo Rey
¡Christus vincit! ¡Christus regnat! ¡Christus imperat! ¡Cristo conquista! ¡Cristo gobierna! ¡Cristo reina! Hoy celebramos la fiesta de Cristo Rey. El año litúrgico de la Iglesia concluye con la fiesta de hoy, que fue instituida por el Papa Pío XI en 1925 para celebrar el Año Jubilar y el XVI centenario del Concilio de Nicea.
Hoy celebramos que Cristo es rey en el reino en el que ya vivimos. He aquí una hermosa explicación dada por Gerald Darring (Universidad de San Luis, Centro de Liturgia):
El Reino de Dios es un espacio. Existe en cada hogar donde padres e hijos se aman. Existe en cada región y país que cuida de sus débiles y vulnerables. Existe en cada parroquia que tiende la mano a los necesitados.
El Reino de Dios es un momento. Ocurre cada vez que alguien da de comer a una persona hambrienta, o da cobijo a una persona sin hogar, o muestra sus cuidados a una persona abandonada. Ocurre cada vez que revocamos una ley injusta, o corregimos una injusticia, o evitamos una guerra. Ocurre cada vez que la gente se une en la lucha para superar la pobreza, para borrar la ignorancia, para transmitir la Fe.
El Reino de Dios está en el pasado (en la vida y obra de Jesús de Nazaret);
está en el presente (en el trabajo de la Iglesia y en los esfuerzos de muchos otros por crear un mundo de bondad y justicia);
está en el futuro (alcanzando su culminación en la era venidera).
El Reino de Dios es una condición. Sus síntomas son el amor, la justicia y la paz...".
Nuestra obra de arte es un crucifijo esmaltado de principios del siglo XIII, fabricado en Limoges. En la cruz se ve a Cristo Rey con una corona real, vestido con una dalmática azul. Está despierto y triunfante, más que sufriendo. El vibrante y colorido esmaltado fue una intrincada forma de arte perfeccionada en la Edad Media. La técnica del esmaltado utilizaba calor intenso para fundir vidrio (en forma líquida al calentarse) sobre una superficie de metal preparada, lo que permitía al metalúrgico crear imágenes de colores brillantes. Los esmaltadores medievales utilizaban varias técnicas, pero el esmaltado champlevé era una de las más comunes. La palabra champlevé significa literalmente "campos elevados", en referencia a la forma en que se excavaban los lechos de una placa de cobre para recibir los esmaltes en polvo, que luego se elevaban y se asentaban al mismo nivel que el suelo de cobre, creando una superficie uniforme. Estas piezas de esmalte no sólo eran visualmente impresionantes, sino también muy duraderas.
En esta fiesta de Cristo Rey, que Él reine en nuestras mentes, corazones y voluntades.
by Padre Patrick van der Vorst
Cristo Rey Crucificado,
Ejecutado en Limoges entre 1200-1215,
Esmaltes sobre cobre
© Museo de Cluny / Alamy
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