Allá en el retiro de su casa, la Virgen María se concentraba en la oración; dejaria sus quehaceres domésticos y dedicaría sus prolongados momentos para orar a Yahvé; recordaría las promesas de salvación a su pueblo, leería las Sagradas Escrituras, rezaría los Salmos, cantaría los himnos y su alma se alegraría en altísima contemplación de la divinidad.
Nuestra oración ha de ser frecuente; no será preciso para ello salir de casa; la Biblia no debe caerse de nuestras manos; la Palabra de Dios debe ocupar nuestros pensamientos y nuestos afectos.
María refleja la verdad con sencillez, con sinceridad, con serenidad
=MARÍA, QUE SEA YO REFLEJO DE LA VERDAD, CON SENCILLEZ, CON SINCERIDAD, CON SERENIDAD ==
Padre Nuestro. . .
Ave María. . .
Gloria. . .
(Padre Alfonso Milagro)
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