ús y María, nada tan eficaz como el Rosario. La palabra rosario significa «guirnalda de rosas», escogidas en el jardín de la oración. Cada cuenta no requiere más de tres minutos y todo el rosario se puede recitar en algo más de diez. Si vosotros no lo rezáis seguido y de rodillas, podéis, sin embargo, rezar un misterio al levantaros y otro al marchar al trabajo; otro por la mañana al barrer la casa o al esperar la cuenta en el restaurante; otro misterio momentos antes de acostaros, y la última decena de avemarías rezadla antes de dormiros. Si tenéis menos de veinticinco años, no podréis rezar antes de dormir más que un misterio; dos, si tenéis cuarenta años, y si estáis rayanos a los sesenta, ¡a buen seguro que podréis rezar hasta doce docenas! No creáis estéril la repetición tan frecuente en el rosario del Avemaría. Cada vez nos evoca un paisaje distinto, sea que meditemos la Natividad, la Crucifixión o la Resurrección. Cuando erais pequeños y decíais a mamá que la queríais, no pensabais que estas palabras pudieran tener el mismo sentido que al decírselas años más tarde. Al cambiar el plano del cariño, también cambia la forma de expresarlo.
Cada día se levanta el mismo sol y cada día es distinto del anterior. Ved algunas de las ventajas del Rosario:
1.ª Si rezáis cada día el Rosario con devoción y con todo lo que eso implica, no perderéis vuestra alma.
2.ª Si deseáis ardientemente paz para vuestro corazón y para vuestra familia, y gracias divinas para vuestro hogar, reunid cada día a todos los vuestros y rezad por la noche el Rosario.
3.a Si ansiáis llevar un alma a la plenitud de la vida en Dios, enseñadle a recitar el Rosario; o dejará de rezarlo o recibirá el don de la fe.
4.ª Si un número suficiente de vosotros rezara todos los días el Rosario, la Santísima Virgen obtendría de su divino Hijo, como tantas veces en el pasado, la calma después de la tempestad actual, la derrota de los enemigos de la humana civilización y la verdadera paz de corazón para cuantos sufren o andan descarriados.
5.ª Si vuestra caridad se ha entibiado y os ha dejado tristes e inclinados a la mediocridad y tibieza, el Rosario, al haceros meditar en el gran amor de Nuestro Señor y en el cariño que tuvo por vosotros María en el Calvario, reanimará vuestro amor a Dios y al prójimo y os obtendrá esa paz que supera todo sentido.
Del libro" DESDE LA CRUZ"
MONS. J. FULTON SHEEN
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