Que, si ahora todo es luz,
sin ti y cuando te vayas,
volverá a ser oscuridad.
Que, si ahora veo tu grandeza,
sin Ti y cuando te vayas,
sólo tocaré mi pobreza.
Quédate, Señor, no pases de largo.
Porque, mis dudas con tu Palabra,
se convierten en seguras respuestas.
Porque, mi camino huidizo y pesaroso
se transforma en un sendero de esperanza,
en un grito a tu presencia real y resucitada.
Quédate, Señor, no pases de largo.
Que, contigo y por Ti,
merece la pena aguardar y esperar.
Que, contigo y por Ti,
no hay gran cruz sino fuerza
para hacerle frente.
Que, contigo y por Ti,
la sonrisa vuelve a mi rostro
y el corazón recuperar su vivo palpitar.
Quédate, Señor, no pases de largo.
Porque, contigo, mi camino es esperanza.
Porque, contigo, amanece la ilusión.
Porque, contigo, siento al cielo más cerca.
Porque, contigo, veo a más hermanos
y siento que tengo menos enemigos.
Porque, contigo, desaparece el desencanto
y brota la firme fe de quien sabe que Tú, Señor,
eres principio y final de todo.
Amén.
P. Javier Leoz
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