El 24 de noviembre de 1946, Pierina Gilli, una enfermera de Montichiari
en la diócesis de Brescia, Italia, ve a una señora muy hermosa que vestida de
púrpura, lleva un velo blanco. La señora es transparente y no dice nada.
Pierina queda deslumbrada y se interroga (…).
El 17 de abril de 1966, la Virgen se le apareció de nuevo y le dijo: -
Mi divino Hijo, todo Amor, me envía para convertir esta fuente milagrosa en
signo de purificación y de penitencia. (...) El 1°de junio de 1947, la Señora
se le aparece de nuevo (...) y pronuncia estas tres palabras: oración,
sacrificio, penitencia.
Durante otra aparición (el 13 de julio de 1947), María dice: «Yo soy la
Madre de Jesús y la Madre de todos. El Señor me envía para promover una piedad
mariana más eficaz en los Institutos y Congregaciones religiosas [...]. Les
prometo a todos los que me honran, protección, renovación de las vocaciones, y
menos apostasías (…)».
El obispo se reserva su opinión, pero la peregrinación permanece
discreta y ferviente, con el apoyo de los que han encontrado la gracia en este
lugar. Pierina fue presentada al Papa Pío XII, en la audiencia del 9 de agosto
de 1951. (...) El Papa puso su mano sobre ella: - ¡Animo hija mía! Trata de
corresponder mejor a una gracia tan grande y maravillosa.
De acuerdo con René Laurentin («Chrétiens Magazine» Cristiano Revista
número 142 - Junio 2001)
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