“María se puso en camino y fue aprisa a
la montaña” (Lc 1,39ss)
Los
escaparates seduciéndonos y proponiéndonos lo indecible y las calles con luces
que no saben muy bien porque destellan. Árboles que quedaron como virtual adorno y olvidaron que son un
triángulo que nos lanza a la Trinidad.
Nacimientos
que, en algunos, tal vez sólo son reflejo de la tradición y del ayer pero
que han dejado de ser pequeños sacramentos de la presencia de Dios.
¿Todo está
preparado? ¿Y la Navidad?
¿Dónde queda
el Misterio de la Navidad? Me niego a quedarme con el envoltorio. Me
resisto a exclamar un: ¡¡ohhhhh!!! ante el aparato estético que embellece todo,
pero que aborta toda pretensión de asomarse y emocionarse ante el gran
regalo de la Navidad: Jesús
La Navidad me
gusta porque en ella
Dios vuelve a nacer.
Me gusta la
Navidad porque es un
poco de luz en medio de tanta oscuridad;
La Navidad me
gusta porque, en
medio de ella, un personaje fiel y sencillo como MARIA
alumbra lo que jamás ninguno de nosotros como Ella pudiéramos soñar, amar y
esperar: Jesús
María es
aquella que, no
satisfecha con el anuncio angélico, se puso en camino dando a conocer a
sus cercanos parientes la más bella historia de amor nunca conocida: Dios
en una Mujer
Me gusta la
Navidad:
Porque en
estos próximos días cantamos y proclamamos con María la grandeza del Señor. Porque
Dios se fijó en Ella para hacerse hombre como nosotros. Porque no
buscó sangre real sino la humildadde una nazarena. Porque Dios no fue
publicando su enamoramiento ni haciendo sensacionalismo a los cuatro vientos: lo
hizo a la sombra de una gruta, con la confianza de un ángel emisario y en la
disponibilidad de una enamorada.
Me gusta la
Navidad
Porque, aquel
acontecimiento, sigue marcando la vida de muchas personas. Porque rebaja
muchos orgullos y aligera muchas cruces. Porque hace que valoremos nuestra
condición humana en la medida que la conectamos a Dios. Porque María
con su intuición supo que el nacimiento de Cristo cambiaría el rumbo de la
historia de la humanidad. Y mal que les pese, a pocos o a muchos, el nacimiento
de Cristo así ha sido, lo es y creo que lo seguirá siendo.
Me gusta… ¡por
qué no!.. la Navidad que Dios nos regaló.
¿A ti no?
Otra cosa es
que, algunos, se empeñen en alterar y tirar por la cuneta su auténtico sentido.
P. Javier Leoz
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