Ante todo, porque los decretos
del Magisterio y la Liturgia hablan de ello (fiesta del Sagrado Corazón,
memoria del Corazón de María). Jesús y María se presentan también de esta
manera en sus revelaciones: a Sta. Marie Marguerite Alacoque, a Sta. Catherine
Labouré, a los niños videntes de Fátima, a Sta. Faustina Kowalska…
Se encuentran los fundamentos de la devoción al “Corazón” en las Santas Escrituras. El lenguaje bíblico, como el de nuestra vida diaria, conciben “el corazón” como el centro de toda persona humana y como el símbolo del amor. Hablar de los Corazones de Jesús y de María quiere decir hablar del amor que sienten por el Padre celestial y por nosotros, los seres humanos.
Hoy en día, la humanidad tiene más que nunca necesidad de la bondad, de la caridad y de la misericordia divina. Participamos a ello con la consagración a los Corazones de Jesús y de María y por la vida que resulta.
Por su amor, Jesús y María desean guiarnos hacia el amor desinteresado, lo que hace lo esencial de la santidad, a la cual todos estamos llamados. Como nos aman, desean salvarnos, seres humanos perdidos.
Se encuentran los fundamentos de la devoción al “Corazón” en las Santas Escrituras. El lenguaje bíblico, como el de nuestra vida diaria, conciben “el corazón” como el centro de toda persona humana y como el símbolo del amor. Hablar de los Corazones de Jesús y de María quiere decir hablar del amor que sienten por el Padre celestial y por nosotros, los seres humanos.
Hoy en día, la humanidad tiene más que nunca necesidad de la bondad, de la caridad y de la misericordia divina. Participamos a ello con la consagración a los Corazones de Jesús y de María y por la vida que resulta.
Por su amor, Jesús y María desean guiarnos hacia el amor desinteresado, lo que hace lo esencial de la santidad, a la cual todos estamos llamados. Como nos aman, desean salvarnos, seres humanos perdidos.
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