Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
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La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven. http://la-oracion.com

martes, 23 de diciembre de 2014

La maravillosa Novena de Aguinaldo - Día 8

 

ORACIONES INICIALES PARA TODOS LOS DÍAS

ORACIÓN INICIAL

Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amasteis a los hombres, que les disteis en vuestro Hijo la mejor prenda de vuestro amor, para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En retorno de él os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro Hijo humanado, suplicándole por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con tal desprecio de todo lo terreno que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
Tres Gloria al Padre

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN

Soberana María, que por vuestras grandes virtudes y especialmente por vuestra humildad, merecisteis que todo un Dios os escogiese por madre suya, os suplico que Vos misma preparéis mi alma, y las de todos los que en este tiempo hicieren esta novena, para el nacimiento espiritual de vuestro adorado Hijo.
¡Oh dulcísima madre! Comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con que le aguardasteis Vos, para que nos hagáis menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
Nueve Avemarías

ORACIÓN A SAN JOSÉ

¡Oh, Santísimo José, esposo de María y padre putativo de Jesús! Infinitas gracias doy a Dios porque os escogió para tan altos ministerios y os adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza.
Os ruego que por el amor que tuvisteis al Divino Niño, me abraséis en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina Esencia le vea y le goce en el cielo. Amén.
**********

8º DÍA - CONSIDERACIÓN

Llegan a Belén José y María, buscando hospedaje en los mesones; pero no lo encuentran, ya por hallarse todo ocupado, ya porque se les desechase a causa de su pobreza. Empero nada puede turbar la paz interior de los que están fijos en Dios. Si José experimentaba tristeza, cuando eran rechazados de casa en casa, porque pensaba en María y en el Niño, sonreíase también con tanta tranquilidad cuando fijaba sus miradas en su casta esposa. El Niño aún no nacido regocijábase de aquellas negativas, que eran el preludio de sus humillaciones venideras. Cada voz áspera, el ruido de cada puerta que se cerraba ante ellos era lo que había venido a buscar. El deseo de esas humillaciones era lo que había contribuido a hacerle tomar la forma humana.
¡Oh divino Niño de Belén! Esos días que tantos han pasado en fiestas y diversiones o descansando muellemente en cómodas y ricas mansiones, han sido para vuestros padres un día de fatiga y vejaciones de toda clase. ¡Ay!, el espíritu de Belén es el de un mundo que ha olvidado a Dios...¡Cuántas veces no ha sido también el nuestro! ¿No cerramos continuamente con ruda ignorancia la puerta a los llamamientos de Dios, que nos solicita a convertirnos, o a santificarnos o a conformarnos con su voluntad? ¿No hacemos mal uso de nuestra penas, desconociendo su carácter celestial, aunque cada uno, a su modo lo lleva grabado en sí? Dios vie­ne a nosotros muchas veces en la vida, pero no conocemos su faz, no le conocemos sino cuando nos vuelve la espalda y se aleja, después de nuestra negativa.
Pónese el sol del 24 de diciembre detrás de los tejados de Belén y sus últimos rayos doran las cimas de las rocas escarpadas que lo rodean. Hombres groseros codean rudamente al Señor en las calles de aquella aldea oriental, y cierran sus puertas al ver a su madre. La bóveda de los cielos aparece purpurina por encima de aquellas colinas frecuentadas por los pastores. Las estrellas van apareciendo unas tras otras. Algunas horas más, y aparecerá el Verbo Eterno.

8º JORNADA

Contempla la octava jornada desde Jerusalén hasta llegar a Belén, donde habiendo llegado nuestros peregrinos sagrados a las cuatro de la tarde, cuando pensaba el Santo Patriarca hallar segura posada para la Madre de Dios, entre sus deudos, parientes y conocidos, poniendo fin y término a sus trabajos; entonces se le multiplicaron las penas, porque habiendo cumplido con el edicto del César, llegaron a las puertas de los parientes a buscar posada y todos les dieron con ella en la cara. Considera el sentimiento grande que padecería su atribulado corazón en aquellas calles buscando en las puertas de los mesones un portal o pajar para la Emperatriz de los cielos. La mortificación que padecería con las palabras ásperas y desabridas con que los despedían, tratando al santo esposo de ocioso y vagabundo, al verla con tanta humildad y pobreza: ¡Qué lágrimas no derramarían sus ojos! Y más cuando habiendo entrado la noche y desgajándose la niebla, corriendo los aires fríos y no teniendo donde volver los ojos, miraba a su santísima esposa desamparada y llorosa con el desprecio de los hombres. Considera también, qué sentiría el Divino Niño al ver a su Madre, traspasada con tan sangriento cuchillo de dolor, ¡qué lágrimas derramaría en sus entrañas, al ver sus amorosos llamamientos despreciados! La sordera voluntaria de los hombres, el recibimiento que le hizo el mundo. Y después de haber trasegado todos los mesones y casas de los poderosos sin hallar un portal para su descanso; míralos salir a las nieve de la noche, tristes, llorosos, afligidos y desamparados, a buscar entre los irracionales la piedad que los hombres les negaron.
¿Qué haces, alma mía, que no se abren las puertas de tu corazón de dolor, para dar posada a la Santísima Virgen María y el Niño Dios? Procura salirles al encuentro y llevar al Divino Niño a tu alma, recibiéndole sacramentado este día, para que al fin de tu jornada te abra las puertas de su gloria
Se rezan las Aspiraciones y la Oración Final

 ASPIRACIONES PARA LA VENIDA DEL NIÑO JESÚS



Dulce Jesús mío mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

1
¡Oh, sapiencia suma del Dios Soberano Que a infantil alcance te rebajas sacro! ¡Oh, Divino Niño ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios!
R/ ¡Ven...

2
¡Oh, Adonai potente que, a Moisés hablando, de Israel al pueblo
disteis los mandatos! ¡Ah!, ven prontamente para rescatarnos, y que un niño débil muestre fuerte brazo.
R/ ¡Ven...

3
¡Oh raíz sagrada de Jessé, que en lo alto presentas al orbe tu fragante nardo! Dulcísimo Niño que has sido llamado Lirio de los Valles bella Flor del Campo,
R/ ¡Ven...

4
Llave de David que abre al desterrado la cerradas puertas del regio palacio, ¡Sácanos, oh Niño, con tu blanca mano, de la cárcel triste que labró el pecado !
R/ ¡Ven...

5
¡Oh lumbre de Oriente, Sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor veamos! Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios,
R/ ¡Ven...

6
Espejo sin mancha Santo de los santos, sin igual imagen del Dios soberano. Borra nuestras culpas, salva al desterrado y en forma de niño da al mísero amparo.
R/ ¡Ven...

7
Rey de las naciones Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, pastor del rebaño, Niño que apacientas  con suave cayado, ya la oveja arisca, ya el cordero manso,
R/ ¡Ven...

8
Ábranse los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío como riego santo. ¡Ven hermoso Niño, ven Dios humanado, luce hermosa estrella, brota flor del campo!
R/ ¡Ven...

9
Ven que ya María previene sus brazos a su niño vean, en tiempo cercano.  Ven, que ya José, con anhelo sacro, se dispone a hacerse de tu amor sagrario.
R/ ¡Ven...

10
Del débil auxilio del doliente amparo, consuelo del triste, luz del desterrado, Vida de mi vida, mi dueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano.
R/ ¡Ven...

11
Véante mis ojos, de ti enamorados Bese ya tus plantas, bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos, y aún más que mis frases te dice mi llanto:
R/ ¡Ven...

12
Ven Salvador nuestro por quien suspiramos,
R/ ¡Ven a nuestras almas, ven, no tardes tanto!

ORACIÓN FINAL

(Para todos los días)
Acordaos, oh dulcísimo Niño Jesús, que dijisteis a la Venerada Margarita del Santísimo Sacramento y en persona suya a todos vuestros devotos estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad tan agobiada y doliente: "Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado". Llenos de confianza en Vos, oh Jesús, que sois la misma Verdad, venimos a exponeros toda nuestra miseria. Ayudadnos a llevar una vida santa para vivir una eternidad bienaventurada. Concedednos por los méritos infinitos de vuestra Encarnación y de vuestra infancia la gracia de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a Vos, oh Niño Omnipotente, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de vuestra divina promesa, acogeréis y despacharéis favorablemente nuestra súplica. Amén

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