En el que, cuando las personas se acerquen,
puedan comprender y entender
que en el techo de nuestra vida existe un Alguien.
Seamos un campo de estrellas.
En el que, la luz de la fe,
ilumine todas las habitaciones de nuestra casa.
En el que, el brillo de la fe,
irradie esperanza a los sótanos donde estamos perdidos.
Seamos un campo de estrellas.
En el que, Cristo, anunciado por Santiago,
sea la razón suprema de nuestro caminar.
En el que, Cristo, testimoniado por Santiago,
sea el motivo de nuestros esfuerzos.
En el que, Cristo, proclamado por Santiago,
sea llamada a no decaer en nuestro empeño.
Seamos un campo de estrellas
Donde la resurrección responda a la noche oscura.
Donde la Palabra de Dios por su escucha,
anuncie el resplandor y el inicio de un nuevo día.
Donde el testimonio del apóstol Santiago,
sea fuerza y empuje en el ardor evangélico.
Seamos un campo de estrellas
Que sea el principio y no el final de un camino.
Camino de futuro, no de fracaso.
Camino de gloria, pero no del mundo.
Camino del cielo, no sólo de tierra.
Camino de eternidad, no sólo de humanidad.
Camino de Santiago, no sólo de historia.
Camino de fe, no sólo de cultura.
Camino de oración, no sólo de piedras.
Camino de resurrección, no sólo de muerte.
Camino de Palabra, y no sólo humana.
Camino de conocimiento, no sólo de disfrute.
Camino de perfección, no de mediocridad.
Seamos, con Santiago Apóstol,
un campo de estrellas alimentadas
por la estrella de la fe que es Jesucristo.
Amén.
P. Javier Leoz
celebrandolavida.org
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