"Y
a ti, Madre, una espada de dolor te atravesará el corazón..."
(Lucas 2, 35).
¿Es que María no sabía que su Hijo había de morir? Sí, y con toda certeza. ¿No sabía que había de resucitar al cabo de muy poco tiempo?» Sí, y con total seguridad. ¿Y, a pesar de ello, sufría por el Crucificado? Sí, y con toda vehemencia.
Y si no, ¿Qué clase de hombres somos, que nos extrañamos más de la compasión de María que de la pasión del Hijo de María?
El Hijo del hombre murió en su cuerpo, ¿y Ella no pudo morir en su corazón? Aquélla fue una muerte motivada por un amor superior al que pueda tener cualquier otro hombre; esta otra tuvo por motivo un amor que, después de aquél, no tiene semejante.
Gracias María por haber colaborado en la redención. Hoy, en la Iglesia colaboras en la obra de la salvación. Te pedimos que todos te acepten como Madre. Que nunca se nos olvide que jamás le fallas a tus hijos.
Totus Tuus.
(Lucas 2, 35).
¿Es que María no sabía que su Hijo había de morir? Sí, y con toda certeza. ¿No sabía que había de resucitar al cabo de muy poco tiempo?» Sí, y con total seguridad. ¿Y, a pesar de ello, sufría por el Crucificado? Sí, y con toda vehemencia.
Y si no, ¿Qué clase de hombres somos, que nos extrañamos más de la compasión de María que de la pasión del Hijo de María?
El Hijo del hombre murió en su cuerpo, ¿y Ella no pudo morir en su corazón? Aquélla fue una muerte motivada por un amor superior al que pueda tener cualquier otro hombre; esta otra tuvo por motivo un amor que, después de aquél, no tiene semejante.
Gracias María por haber colaborado en la redención. Hoy, en la Iglesia colaboras en la obra de la salvación. Te pedimos que todos te acepten como Madre. Que nunca se nos olvide que jamás le fallas a tus hijos.
Totus Tuus.
Alejandro María
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